jueves, 25 de noviembre de 2010

Crimen perfecto

    A decir de los criminólogos y científicos, la definición informal del "crimen perfecto" existe. Yo iré más allá porque creo que la definición, debería ampliarse muy mucho.
   Muchas veces he coincidido con alguien donde hablar de este tema, suponía una incursión en la dialéctica más filosófica del término y donde además, se pasaba a lo ético o moral que envuelve la nebulosa mental del ser humano. Siempre hemos discutido sobre si existe o no este  crimen perfecto.... pero yo, he creído que sí.  En el momento que el crimen que queda descubierto, deja de serlo (en casi su totalidad) pero habría algunos crímenes sin resolver,  y podían denominarse de esta forma: "crimen perfecto"... aun así, voy más allá. Este crimen sin resolver, para mí no resulta del todo "perfecto" por la sencilla razón, de que es visible, y lo único que faltaría por determinar, es quién o quienes lo cometieron; no lo es todavía... para mí el crimen perfecto, es aquel que ni siquiera tenemos conocimiento que existe; es decir, aquél que habiéndose cometido, no existe la certeza siquiera, de que es un crimen.  En el momento que se encuentra un pequeño rastro, una pequeña muestra de que puede haber un crimen en la desaparición de algo o alguien, éste comienza a perder el término. Mientras no sepamos absolutamente nada de una "desaparición", por anónima que ésta sea, puede ser que está inmersa en el término; ese es el crimen perfecto. Pero hay otro más auténtico todavía...

   La Amazonia desaparece un poco cada día, un poquito más y más... tala indiscriminada de árboles, para las plantaciones de soja (esa semilla que permitirá al hombre, entre otras cosas, producir el combustible ecológico del futuro) extensiones descomunales de masa forestal desaparece cada día y lo peor de todo, es que lo hace ante nuestros ojos. Atónito me quedo, al ver cómo la gran mayoría de los mortales, lo ve como algo natural: los gobiernos no luchan para preservar el gran pulmón del planeta; hay muchos intereses al rededor del negocio de la madera y un largo etc... ¿No vemos acaso las consecuencias nefastas, a medio y largo plazo para nuestro entorno, y que por el momento, es el único donde podremos sobrevivir?... CRIMEN PERFECTO.

   Vivimos en un mundo que se dice desarrollado, celebramos la Navidad con nuestros seres queridos, la Semana Santa, igualmente; las vacaciones de verano, nuestros hijos en los mejores colegios... tenemos el mundo a nuestros pies en lo que a consumo se refiere; un sueldo que nos permite ésto y más cosas. Y hasta somos capaces de darnos golpes en el pecho cada domingo. El que asiste a misa, pulga sus pecados y cree que todo el mundo es feliz, como él; que todo el mundo vive en occidente y tiene derecho a salir a la calle a pasear, respirar el aire más o menos puro,  porque le ha tocado vivir en ese mundo de libertades, y por ello, contaminado por el progreso... pero no; hay gente que muere simplemente porque una industria que maneja los fármacos, se permite el lujo de utilizarlos como conejillos de indias por el simple hecho de vivir en países de segunda o tercera división... que mueren porque no llega ese fármaco que con anterioridad,  ha sido experimentado con sus generaciones más recientes, y que sólo estará disponible en escaparates de farmacias cada vez más iluminadas y  más acogedoras... donde una persona muere de sed, simplemente porque el agua potable, no surte por un grifo metalizado e instalado por un fontanero profesional... donde simplemente, en una guerra que los gobiernos más demócratas denominan "civil", mueren niños armados con fusiles y ametralladoras que arrastran consigo a duras penas; soldados que se anticiparon a su tiempo... morir, por el simple hecho de no haber nacido en un país demócrata, libre y aseado donde todo huele a colonia y polvos de talco... esos gobiernos que comprueban todas estas barbaries están dejando impune el crimen: CRIMEN PERFECTO.

   En una entrevista efectuada al Nobel de la Paz, José de Sousa Saramago, más conocido por todos como Saramago, dejó una sentencia que me puso los pelos como escarpias (hablando en tono coloquial)... dijo: "lo obsceno, no es la pornografía.  Lo obsceno, es que se pueda morir de hambre"...


   El crimen perfecto existe, y además el ser humano, esa fiscalía general y mundial que representaríamos todos, no actúa; está sucediendo ante nuestros ojos y al no percibirlo, pasa a ser "el crimen perfecto".


    * Fe de erratas. Cuando he mencionado a Saramago, he dicho "el Nobel de la paz"... me equivoqué; pero ¿no debería la Academia Sueca nombrarlo como tal? Yo, de una forma simbólica y testimonial, hago del error el nombramiento.
 

jueves, 18 de noviembre de 2010

Wolferl Humano

   Se ha escrito mucho sobre Mozart; la mayoría de las veces de forma favorable y en algunas otras, se ha dicho que estaba sobrevalorado. Ésto último no  lo he leído, pero sí lo escuché en varias ocasiones y por gente muy respetable... e incluso por profesionales de la música. No hice entonces un juicio de valor sobre ello, al tratarse de personas bien formadas y expertas al efectuar sus comentarios sobre la figura del genio de Salzburgo. Pero  a mi modo de ver, eran infantiles éstas premisas y poco convincentes pues soy de la opinión que buscar el "mejor" en  música, pintura, literatura...es una gran pérdida de tiempo.
    El Wolferl  humano, el que observó la misma luna que tú observas ahora, creo que no está valorado en su justa medida como "persona".

   (...) Mozart estaba totalmente abandonado a la compañía de personas de escasa importancia de quienes hoy hemos perdido todo rastro y que sólo encontramos en siniestras alusiones de algunos testigos que le sobrevivieron. Le gustaba además comer con otros, pero no sabemos quién lo seguiría invitando de buen grado en los últimos meses, o a casa de quién se autoinvitaría él, pues solo ya no quería estar en absoluto.  Necesitaba a los demás, aunque los demás, ya no necesitaran de él.
   Pero hagámonos una pregunta: ¿nos habríamos encontrado bien nosotros en su compañía? Su extrema y a menudo francamente desconcertante desinhibición, ¿nos habría hecho sentirnos cómodos o incómodos? Quién sabe; tal vez habríamos dicho de él: "Seguramente será un genio, pero es un individuo insoportable". ¿Tal vez lo habríamos evitado, no lo habríamos invitado a comer, lo habríamos ignorado? Tenemos en la punta de la lengua la respuesta que nos disculpa, pero podemos ahorrárnosla: en efecto, tal como Mozart nos elude, así nosotros lo eludimos a él, tomando cuanto se nos da y por lo demás abandonándolo a su destino, documentado y convertido en historia. De hecho, en su tragedia reconocemos un componente esencial de nuestra admiración.
   Su "muerte precoz" se considera en general el punto culminante de esta tragedia, meta hacia la cual, según la perspectiva hasta ahora habitual, su vida habría tendido inexorablemente. 

                                                                                 Wolfgang Hildesheimer, pags. 242 y 243
                                                                                    Mozart


   Aquí el autor nos muestra la cara más triste del genio de Salzburgo (y real) cuando estaba próxima su muerte. Había empeorado su salud, y con ello aumentaba el mal humor;  era irritable hasta el punto de que Constanza, le habría abandonado a " esas malas compañías" ya que no le apetecía estar con él. Hildesheimer define cómo su círculo de amistades, parecería no encontrarse a gusto con su presencia. ¿No sucedería igual hoy día...? Sucede más de lo que podamos creer; sobre todo con los "genios" o personas "especiales". Sólo hay que echar una mirada en nuestro derredor para comprobarlo. ¿Es por ello que está sobrevalorado? Sinceramente creo que no. ¿Fue entonces el mejor?

   Si buscamos las comparaciones, siempre tendremos a caer en errores mayúsculos a situar en lo más alto a uno u otro porque, por muchos argumentos que se utilicen, siempre se cae en lo subjetivo cuando con ello, lo que pretendemos es ser objetivos. Si me baso en mis preferencias, sólo podría añadir que: ¿me gusta más la música de Mozart por le simple hecho de haberme leído algunas de sus biografías, escuchado su música con un oido ya preparado y porque me cae simpático...? ¿Y si hubiese caído en mis manos un libro sobre la vida de Beethoven, o Bach...? ¿Y si hubiese escuchado la música de alguno de ellos, antes que la de Mozart? Creo sinceramente, que no hubiese cambiado mi parecer por una sencilla razón: eso no sucedió!...¿Nos damos cuenta entonces de la importancia de lo que "cae" en nuestras manos? Ese es otro de los grandes secretos del acontecer de las cosas; lo que sucede, sucede y no podemos cambiar nada., No podemos decir aquello de ¿qué hubiera pasado si...? Es por ello que me conformo con los acontecimientos, aunque no estoy diciendo que lo vea todo venir...estoy diciendo, que por mucho que nos empeñemos en que algo suceda, esto sucederá porque tenga que suceder...lógicamente, nosotros intervenimos de forma consciente y también inconsciente. Un ejemplo clarificador: si estamos en una bolera practicando el juego de derribar los bolos, cuando lanzamos la gran bola por el pasillo y acertamos el derribo de sólo  dos bolos, no es mayor problema pues volvemos a reiniciar el juego, y de nuevo intentamos abatir todas figuras del fondo del pasillo, hasta quedar satisfechos habiendo hecho el pleno...aquí, no hay prisa, decidimos nosotros; en cambio en un acontecer como un encuentro inesperado con alguien, un incidente o algo mayor y más grave, un accidente...ahí, no podemos volver a coger la gran bola, una y otra vez, y lanzarla de nuevo hasta hacer el pleno. Interviene el instante que no es otro que el presente. Otra cosa bien distinta, es como podamos salir airosos de uno u otro eventos.

   Lo que trato de explicar, es que Mozart, no es el mejor porque a mí me lo parezca, es el que me gusta...así de simple; Dalí no es el mejor por la misma razón, es el que me gusta. El café no es lo mejor, yo no soy mejor por tratar de explicar ésto, ni peor por equivocarme; sólo es una expresión meditada. Y creo que lo que me pasa, lo que me acontece, no sucede por casualidad...creo que yo dirijo mi destino como cada cuál, dirige el suyo con su consentimiento y aprobación o sin percatarse de ello; mas no podemos cambiar lo "acontecido" una vez que esto se ha producido...sólo podemos actuar en el momento y puede que esté en nuestras manos hacer algo al respecto, mas al tiempo que todo ocurre, va persistiendo ese presente y no podemos mirar atrás  para "enmendar"...igual debe de ser así; ¿y si eres consciente de ello? ¿No será una muestra más de que tus decisiones son irrevocables y por ello ocurrirá lo que tenga que ocurrir?...difícil expresarlo con palabras.
   ¿Mozart se buscó, se mereció su fin, por la vida que llevó? ¿Compuso como lo hizo por llevar ese tipo de vida? ¿Habría sido diferente si hubiese vivido más años? ¿Si hubiese nacido en otro lugar, otra época? De nuevo la respuesta es sencilla: ocurrió como ocurrió, el resto sobra.



    Un ejemplo de melodía lánguida, cristalina y vaporosa donde se refleja el estado de tristeza (tal vez) de Wolferl...

domingo, 14 de noviembre de 2010

Atemporal

 Comencé lentamente, sin pausa, apartaba las láminas del terreno con esmero y dedicación; conocedor de la dificultad del terreno. Arriesgada labor donde los estratos marcaban el paso del tiempo y con cada lámina extraída, el reflejo de lo que fue. Conseguí varias que depositaba con sumo cuidado, en el arca. Cuando me giré, contemplé atónito que el paisaje había desaparecido: estaba rodeado de la más absoluta "nada"...
  Sentí que caía sin rumbo ni dirección, intenté agarrarme a mí mismo y sólo conseguí desaparecer.
  Aún no sé cómo he llegado hasta aquí.

Dibujado por Rafa O. Finales de los 80's.

    T.Q.T.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Buscando las Colas del Quiebrajano

   Salimos muy convencidos de dar con el sendero que nos llevaría a las Colas del Pantano; no fue difícil llegar hasta el punto de inicio, aunque otra cosa bien distinta, fue el caminar donde abríamos la senda y a cada paso que dábamos, percibíamos que nos alejábamos de nuestro objetivo. -Andar siempre según la intuición- decía yo; y Jose con una cuartilla dibujada a mano con una fiabilidad casi nula que se prestaba más a un milagro, al tiempo que parecía querer borrarse para no cargar con la culpa de las erróneas líneas dibujadas... 
  Cuando llevábamos más de media hora de camino, decidimos atajar campo a través pero subiendo por la falda de la montaña y mirando de reojo dónde fijábamos los pies, para estar seguros a la vuelta. Casi como escaladores, trepábamos tratando de buscar el punto más alto para dejarnos caer luego hacia el otro lado donde encontrarnos con aquello que buscábamos. Cuanto más tiempo transcurre, más trecho andado y mayor el ansia... se escuchan a lo lejos unos cánticos extraños de pájaros: como si quisieran advertirnos de algo...
   Cuando creíamos llevar la dirección correcta, nos percatamos que no debe ser así pues nos distanciamos de nuestro propósito: estamos más alejados del pantano. Una obviedad como el embalse de grande.  Nos encontramos frente a un camino nuevo donde pareciera ser de origen natural, y por allí no hubiere pasado alma alguna en la vida. Nos sentimos por un momento descubridores... cambiamos de rumbo, sin saber a dónde nos llevaría la senda y encontramos bifurcaciones que nos hacen dudar; continuamos caminando siguiendo nuestra gran intuición y llegamos a dar un rodeo de varios kilómetros: descubrimos a unos cien metros el coche que habíamos dejado atrás dos horas antes...
   Decidimos tomar un descanso en la casa rural "Prados Bajos" y comer algo para reponer fuerzas. -Vamos a comer algo, vamos a comer algo, vamos a comer algo- sentenciamos casi al unísono los tres únicos seres que habitarían en ese instante la gran masa de biosfera que nos contenía. Silencio absoluto, temperatura agradable... no se oía ni el cantar de los pájaros. Este reposo queda roto por la llegada de varios vehículos; se apean varias personas y nos comunican que hay una batida de caza por la zona...sacan todo tipo de arreos y vituallas al tiempo que nos indican que podríamos tomar otro camino, en sentido opuesto a la montería, y así evitar unas perdigonadas... entonces entendí la ausencia musical del campo: si hasta la fauna de la zona estaba advertida de la batida; todos al corriente menos nosotros!
  Cogemos el camino recomendado y comenzamos a subir y subir...varias horas caminando y unos diez kilómetros a nuestra espalda (más los seis o siete de antes) y mi pie derecho comienza a protestar: se me abre la planta del mismo. Agarro un bastón improvisado y camino como en una imitación de mí mismo dentro de unos treinta años o así;  pero a medida que avanzo, me lamento por un lado, y por otro,  me alegro de habernos topado con los mensajeros del cortijo...de no haber sido así, quién sabe si a estas horas, no estaríamos todavía perdidos y atrincherados sin poder salir para evitar los disparos de los cazadores... y sin pájaros que nos alegren la espera!
   Caminar: la palabra clave del día. Pasan las horas y voy comunicando el grado que va alcanzando mi cansancio y el dolor al  apoyar el pie cada vez peor: -estoy de uno a diez, en cinco...estoy a seis...así hasta llegar a nueve setenta y cinco. Justo cuando iba alcanzar el diez,  giramos a la izquierda  en una curva y avistamos el coche;  con ello nuestra aventura  termina...hasta otra si me cogen.
    Unos treinta kilómetros así, sin calentamiento y recordando que la última vez que hice algo parecido, debió de ser en otra vida.


Buscando las Colas del Quiebrajano from Rafa Ordóñez on Vimeo.


   ¿Cómo se organiza una montería en una zona transitada por senderistas? ¿Si no llegamos a encontrarnos con los dueños del cortijo, qué podría haber sucedido? Todavía me hago estas y otras preguntas... Creo que los pájaros vuelven a cantar por el lugar...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Pablo

   ¿Podríamos elegir un momento clave en nuestra vida? ¿Un momento, que podamos sin temor a equivocarnos elegir como el mejor de nuestra vida?... Creo que sí.
   Cuando a menudo miramos hacia atrás y percibimos el tiempo  transcurrido...mejor dicho, tenemos la "ilusión persistente" del paso del tiempo, recordamos anécdotas curiosas; la mayoría de las veces acudimos a nuestra  despensa de la memoria, y echamos mano de todo aquello que nos fue más grato, más emocionante o simplemente lo más curioso y gracioso... o lo más importante. Ésta  tiende a enviar al fondo de la misma (o en mi caso a la habitación oscura), los momentos más ingratos y que no queremos recordar...ésto, creo en su justa medida, ni es bueno ni es malo; simplemente es. Pero aun así,  vamos "eliminando" aquello que nos duele y cambia nuestro estado anímico. En muchos casos lo conseguimos... aunque siempre permanecerán los fantasmas que al tiempo, son molestos e indestructibles. Tal vez, éstos sean necesarios para recordarnos ciertas cosas y no caer en el pozo oscuro, ese que aparece cerca de nuestro entorno. 
   Por ello, me quedo con esa alacena que tiene su lamparita encendida, cálida,  donde está todo bien clasificado, limpio, y hasta  puedes percibir aromas, cromatismos varios... y dispone de una gran fonoteca...
   Hace pocos años  inauguré una nueva a imagen de la primera,  donde sólo guardo los momentos que tenemos  Pablo, Ana y yo. Desde que nació un 27 de abril de 2005 esta despensa, se mantiene siempre abierta, sin cerraduras chirriantes o puertas que se atasquen... y ambientada por la mejor música; inclusive aquella que aún no ha sido compuesta por compositor alguno...  la que hemos elegido para alimentarnos al tiempo, que con unas especias y otros condimentos abstractos, sólo a nuestro alcance, conseguimos mantener viva la ilusión...
   Esta gran alacena de la memoria, tiene la particularidad de esconder un gran secreto: es infinita y se retro-alimenta con nuestra sola existencia.   


   Imágenes de Pablo, desde hoy día hasta el momento de su nacimiento. Todo va hacia atrás, como si buscase sus orígenes...posiblemente desde el inconsciente, queramos hacerlo para comenzar de nuevo; retener el tiempo, atraparlo y vivirlo intensamente de nuevo, así hasta llegar al presente y volver una y otra vez, al comienzo...no queremos perder el presente: ¿una paradoja?