sábado, 15 de enero de 2011

La crisis, las crisis

   Nos están vendiendo milongas con el tema de la crisis. Creo que el hombre, siempre ha pasado por etapas a cada cual más dura a lo largo de su existencia. Si miramos un poquito atrás, comprobaremos la cantidad de guerras, o dos grandes guerras (que no fueron poco) que ha padecido la humanidad... hambrunas, epidemias, desastres naturales y un largísimo etcétera. Claro está que si miramos sólo en nuestra geografía, no nos quedamos al margen. Una gran guerra civil provocada, ya sabemos casi todos cómo (digo casi, pues algunos aún no se han enterado y tal vez, nunca lo hagan), y las consecuencias de un período de ostracismo que vivieron miles de personas aquí, y sobre todo, fuera de nuestras fronteras. El aislamiento con el resto del mundo y sus gravísimas consecuencias... un largo e interminable peregrinar en busca de una sociedad libre y democrática. Pero no quiero hablar demasiado de ello.
    Hoy lo que quiero expresar, es que antes (hace muy poco) tenía trabajo y por nimio que fuese mi salario en metálico, me hacía tener cierta solvencia, que hoy, no  tengo. Por suerte, trabaja mi mujer. Antes no era rico, pero ahora lo soy bastante menos; tampoco quiero serlo. A primera vista, lo que deduzco de todo esto de la crisis, es que el pobre es más pobre, y el rico más rico.
   Pueden apuntar ustedes algo que es fácil de discernir, y para mí representaría la paradoja más rocambolesca de todas: "la madre de todas las paradojas", que viene a ser algo así: la economía mundial se hunde; la Banca se hunde, y con ella nos hundimos todos (ya sabemos que la Banca y las entidades financieras, son las que dirigen el cotarro por encima de cualquier gobierno) así pues, para que no nos hundamos más todavía, se tiene que salvar a la gran Banca con dinero público... ¿no es esto una paradoja...? A mí me parece que sí; y si no lo fuese, ya la bautizo yo! Este es el gran escándalo de la crisis. Lo más grave de todo, es que no hacemos nada para luchar por lo que nos corresponde... así nos va.



  Las crisis (en plural), son otras de índole más personal o de andar por casa. Las que tenemos cada uno de todos nosotros. Las que nos azotan diariamente, y como consecuencia de la primera crisis (en singular) andamos más perdidos, más desconfiados, más despistados (algunos más que otros) y en definitiva más estresados. Yo, tengo una existencial que me hace plantearme muy mucho quedarme pegado a las teclas del ordenador y estrujarme (como decía mi querida cuñada) "las meninges"... así pues, haré un alto en el camino y me retiraré a mi templo particular a meditar. No es un adiós, pues apareceré cuando menos se espere pues tengo una entrada prometida (y casi terminada)... mientras tanto, muy buenas noches y buena suerte.


    

lunes, 10 de enero de 2011

La gran partida de ajedrez

   Esta misma mañana al abrir el periódico (virtual)  y encontrarme con la noticia (tal vez) del día y de muchos días, mi impresión fue impulsiva y me llevé una alegría desmedida tal vez.
   Cuando reflexionas sobre el tema, ese impulso se convierte, primero en contemplación, y segundo, te dejas llevar por la duda, cuando escuchas las diferentes valoraciones de la clase política, donde una vez más, esto le suena a más de lo mismo. Para unos, más que para otros y según el color político de cada uno. Lo que esperan todos, es algo que de producirse, vendría a ser algo así como descubrir la vacuna milagrosa para combatir cualquier enfermedad grave... incluso si eso se produjese, dudo que todos estuviesen contentos por igual. A unos les parecería un triunfo del estado de derecho, de la sociedad en su conjunto, de la lucha por la igualdad de valores y en definitiva, el logro por antonomasia del Gobierno; y para otros, todavía sería una cortina de humo con la que tapar la crisis, los fracasos de la política y tal vez, les produjese un ardor de estómago o algo peor.

   Lo que todo el mundo quiere, que es acabar de una vez por todas con los atentados terroristas, quizá esté próximo; pero lo que no van a escuchar, es lo que quieren escuchar: sin condiciones.

   Yo creo que podía darse una situación cuasi rocambolesca, en la que se terminase de una vez por todas con la violencia de ETA, y al mismo tiempo, fuese condicionada, pero sin que lleguemos a saberlo oficialmente. Recuérdese que en la etapa donde gobernó el PP, ya hubo encuentros entre Gobierno y ETA... donde nunca pareció que hubiesen existido. Cuando de acuerdos se trata, siempre hay condiciones sobre el tablero, ¿o no? Claro está que si esto sucediera, tendríamos diferentes versiones, según el partido en el poder.

   Yo por si acaso, brindaré con champagne.... creo que tarde o temprano, y de una forma u otra, ETA acabará esta partida de ajedrez derrotada, tal vez, con un "Jaque Mate" por parte de la sociedad en general.



   ETA, y su movimiento de pieza sobre el tablero. Ahora nos toca a todos mover ficha...

lunes, 3 de enero de 2011

¡Feliz conciencia tranquila!

   Somos microorganismos en una canica azul que se mueve en torno a su eje a una velocidad de más de mil kilómetros por hora y al mismo tiempo, ésta se desplaza en su masa galáctica a más de trece kilómetros por segundo en una dirección desconocida. Toda esta masa con su canica girando y desplazándose al ritmo (tal vez) de una música desconocida, es prácticamente inapreciable; todo esto supone un nulo movimiento donde nuestra asombrosa capacidad de inventiva y fantasía, ve como algo milagroso. Nada de ello es cierto y según parece, el movimiento inventado, no es más que una ilusión (tal vez con doble sentido) para no admitir que: primero, somos esos microorganismos que actúan (incluida la ilusión) sobre esta canica azul y la va destruyendo; y segundo, que ya está destruida pues al ocurrir en un universo estático, ya no estamos siquiera aquí, la tierra no existe, y tal vez, nunca haya existido.



   Ahora hemos acabado de un plumazo con la música de Mozart, de Bach, de Beethoven... con las pirámides de Egipto, el Machu Picchu, los Moais de la Ísla de Pascua y todas las maravillas colosales, levantadas no se sabe cómo... las pinacotecas, las cadenas montañosas por donde aparecía el sol cada mañana... de paso, también hemos acabado con el caos financiero, el consumo voraz... la hambruna y las guerras.