jueves, 24 de marzo de 2011

78

   Tengo tres invitados a la mesa y sólo dispongo de dos sillas. Esto representa un pequeño problema, pero fácil de resolverse: los acomodo en el suelo con una jarapa y hacemos un picnic en el salón o aparto las dos sillas (¿por qué tendría solamente dos,  o por qué invité a tanta gente?) y coloco bandejitas en la mesa donde cambia el decorado y se convierte en un buffet : comemos todos de pie, mientras charlamos... por ejemplo, de comprar algunas sillas a buen precio y en el lugar idóneo...
  
    Este pequeño  problema es tangible, mensurable y de fácil arreglo y no se puede decir: "qué mala suerte tengo, vienen a casa tres amigos a comer y sólo dispongo de dos asientos con cuatro patas en mi pequeña mesa". Aquí no interviene el Azar o la Suerte. Ésta, es a veces esquiva y en ocasiones parece perseguirte pero sólo eres consciente de ello cuando en un sólo día te suceden, una tras otra, desgracias o desdichas y lloriqueos varios porque al salir de casa, te has encontrado que llovía  a mares y vestías camiseta de manga corta y pantalón pirata con sandalias de verano; como llevas prisa, no te da tiempo a subir a cambiarte... llegas a la parada del bus y acaba de salir; pierdes un cuarto de hora en esperar a que llegue el siguiente. Cuando estás en la parada, un coche negro con la música (eso que el dueño cree que es música) a todo volumen, pasa cerca de ti; acelera el coche en el justo momento que pasa por encima del charco más grande que está justo a tus pies y  empapa un gran porcentaje de tu persona... cuando llega el bus, subes a prisa y cuando vas a pagar el billete te percatas que no llevas suficiente dinero y la abuelilla que está justo detrás tuyo, al ver que no avanzas te golpea con su paraguas y emite unos gruñidos semejantes a palabras ininteligibles, pero sabes que es un idioma universal y te apeas del bus. Decides caminar (ya vas tarde a la reunión de ATPM) y decides llamar a tu amigo que sabes que irá a la misma reunión; coges el móvil y estás sin saldo (¡siempre sin saldo!)... "sólo falta que un tornillo de chatarra espacial, me caiga encima" (te dices). Aunque si eso ocurriese te desintegrarías en el acto y acabaría tu mala suerte... por algo soy de la Asociación de Todo me Pasa a Mí...

   Si a esta pequeña anécdota de las primeras horas del día, le das la vuelta, todo cambia y todo es multicolor.  Sales a la calle y resplandece el sol, llegas a la parada del bus y el conductor te sonríe desde la ventanilla y te transmite que te estaba esperando... en ese momento el coche negro y el charco no aparecen. Subes al bus y te encuentras un cartelito justo en la entrada que dice: "Día del bus. Hoy gratis todo el día"... la abuellilla que está justo detrás tuyo te sonríe porque le has cedido el asiento y te cuenta una historia increíble que te hace recordar a tu abuela; ¡cuánto la querías y cuánto la echas de menos! En ese momento suena tu móvil y recibes la llamada de tu amigo, el que iba a la misma reunión que tú, para decirte que el número que jugabais a la lotería, ha sido agraciado con uno de los premios (¡adivinad qué número!). No es mucho pero dará para tapar agujerillos... y por ejemplo, para comprar dos sillas.
    Cuando llegas a la reunión, compruebas que todo el mundo está contento, feliz y te espera con la puntualidad que te caracteriza. Encima de la mesa que preside tu gran amigo, está el anagrama de la asociación con grandes letras escritas en rojo: "ATPM. Todo se Puede Mejorar". Es una asociación sin ánimo de lucro de pesimistas reconvertidos en optimistas arcoiris.

  
78 from Rafa Ordóñez on Vimeo.

   ¿En qué medida depende que la pelota entre, o no lo haga? ¿Está escrito el destino? ¿Es la suerte la que interviene o hay algo más?
   Si sueñas, si visualizas, si piensas en positivo, si crees que la pelota entrará, al final lo hará.

   Por cierto, ya he comprado las dos sillas y ahora tengo el problema de que me visitó el destino y al no ser tangible ni mensurable, no sé qué necesito...

martes, 15 de marzo de 2011

Llach

   Tuve la suerte de saludar a Lluís Llach y solicitarle su autógrafo, tras concluir el concierto que ofreció en el aula magna de la Universidad de Jaén hace unos años. Me encantó ese concierto donde Llach se presentaba solo, ante un público conocedor de sus composiciones y frente a un gran piano de cola. Cuando hubo terminado el concierto saludó tímidamente al  numeroso público que aplaudía, consciente de una nueva demostración del talento y esa forma tan íntima de transmitir de este cantautor tan comprometido con la gente. 
  Recuerdo que dejó la sala con paso seguro y pensando tal vez, que había conseguido su propósito. Dije a mi pareja que iría tras él para conseguir que plasmase su rubrica en la portada de un compact disc que llevaba entonces conmigo, con el propósito hacer realidad mi deseo. No me creyó Ana, que pensó que no podría encontrar la forma, pues el público marchaba de la sala y quedábamos prácticamente solos y la única forma de conseguirlo, era esperar a la salida; eso suponía una larga espera y la incertidumbre de encontrarte o no, con él. No dudé entonces y salté al escenario,  me adentré entre bambalinas, piernas y diablas, buscando el camino por donde minutos antes, Llach había desaparecido. Recuerdo haber bajado por unas escaleras que daban a los camerinos y no había un alma por allí. Silencio absoluto. No conozco el lugar y pensando que tal vez me había perdido, logré  arrancar de mi garganta un "Lluís"... entonces se abrió una puerta y pude verlo allí mismo. Le solicité el autógrafo que encantado me firmó y le comenté entonces lo mucho que me gustaba su música, la   cantidad de sus composiciones que guardaba en diferentes formatos y el cd. que llevaba conmigo. Recuerdo como escribió en su lengua natal, la palabra "Rafa sort"... me gustó bastante aquél detalle y la sonrisa que esbozó cuando en mi català (imperfecto) le dije "moltes gràcies".
   Lo recuerdo como una persona normal (alrededor del metro setenta), con una expresión que sólo poseen las personas inteligentes y un tanto tímido. De nuevo, su sonrisa delató que estaba ante una persona especial.



   Años después de aquello, me viene a la memoria instantes de ese concierto, lo mucho que admiro su obra y  el valor que tiene el haber luchado durante toda su vida a contracorriente. Contra el  régimen franquista, que le obligó a abandonar su país (se le prohibió cantar en català). Nunca renegó de su lengua y supo el momento de volver para continuar con sus composiciones, de la manera que él mejor conseguía: escribir la letra en català;  la que siempre ha defendido. Una persona que lucha así por sus ideales, por sus raíces y lo consigue como él lo hace, es digno de mención: una persona íntegra.
   Creo que el vídeo demuestra ésto y más; una persona sencilla, lejos de etiquetas y muy natural... por cierto, su segundo apellido hace honor a su figura como pocos. Pocas veces, un apellido parece hablar de quién lo lleva; en este caso parecería destinado a ser alguien... i Grande.
http://www.lluisllach.cat/

Contraportada autografiada del cd "Lluís Llach a l'Olympia", trabajo de 1991