miércoles, 6 de julio de 2011

Mis (teorías) divagaciones II

  Cuando hube terminado de editar la primera parte de mi alocada y casi febril idea, me acordé que no me pasaba desapercibido el momento actual donde la clase política, no escapa a mis sueños. Ahora  nos hemos quitado la careta todo el mundo; unos antes que otros pero con una abismal diferencia: los primeros  en quitarse la careta, (entre los cuales me incluyo) creen en su "tesis", los últimos en hacerlo, creen que el resto (los que no tienen la misma tesis que la que ellos parecen defender) aún no ha salido de su sueño... éste vendría a ser la cárcel de la que ellos tienen la llave. "Dad una máscara al hombre y os dirá la verdad"Oscar Wilde
     Pero no desviaré el asunto porque lo que me parece más interesante por ahora, es contar las cosas que me suceden en esos sueños de los que facilmente escapo, y hago creer estar "prisionero" del complejo ser humano. 
   Si defiendo que solo existe el presente y este se presenta tal cual evidente vendaval de información, desinformación e incluso accidentes naturales que nos recuerdan lo frágiles que somos (incluida la política, cada vez con más descrédito por mi parte) es fácil imaginarse ese aluvión de problemas para ser resueltos en un "aquí y ahora", pero es lo que hay. Imagino en ese mundo cuántico o la teoría de cuerdas, donde el político que no cumple su promesa, pasa (por un extraño pasillo) a ser el líder del partido de la oposición; el político que se apropia de lo ajeno (¿es ésto así, o son imaginaciones mías?) pasa a pedir en la puerta de una iglesia y viceversa... el caos completo o en el peor de los casos, como decía Niestche, "El eterno retorno"... Woody Allen llegó a decir en uno de sus films: "Cielos, tendré que volver a ver Sonrisas y lágrimas".

   Me encuentro mejor en mi particular mundo y escapando de esta (una de ellas) dimensión, para adentrarme a ver "ese otro mundo" en otra dimensión: Los sueños.

   De nuevo teorizo sobre algo de lo que nunca podré saber de su certeza, ni sentar cátedra o simplemente apoyarla en una base sólida edificada para ser eterna. El mundo onírico, representa bajo mi punto de vista un mundo en el que nos movemos casi siempre en ese caos que es el azar. Otras veces somos de alguna forma conscientes de ello y dirigimos el "sueño" donde mejor nos encontramos. Por ello creo que entramos en una nueva dimensión, de la que desconozco si nuestro amigo Freud, habló en su momento o dejó secretos entre líneas para ser descubiertos.


Mis (teorías) divagaciones II from Rafa Ordóñez on Vimeo.


Dimensiones mensurables


   Existen las tres dimensiones por antonomasia en las que nos movemos consciente e inconscientemente y que la ciencia nos ha enseñado como algo "mensurable": largo por ancho por alto... esto es real como la vida misma y no  puede ponerse en duda pues tácitamente, es así. Ahora bien, no significa esto que más allá de estas dimensiones, existan otras que la ciencia explica de otro modo; y las hay. Creo que actualmente la ciencia reconoce al menos diez dimensiones que son "sostenidas" por la teoría de cuerdas donde en ese universo puedes entrar a tomar un zumo de naranja, y según explica esta teoría, te puede ser servido cualquier cosa de entre miles y puedes quedarte esperando ese ansiado zumo: es lo que tiene esta teoría que a mí se me antoja bastante divertida y por qué no, azarosa. En este universo me es fácil imaginar un partido de basket donde se dan múltiples resultados por esa caprichosa red de espejos con sus universos separados sólo por ilusorias apreciaciones o visiones y no saber qué partido estás siguiendo realmente.

Mi dimensión

   Desconozco si mi (teoría) divagación ha sido tratada o puede sostenerse y es por ello que lo trataré como algo mío.
 Cuando me marcho  al mundo de los sueños, me abro a ese mundo cuántico, ¿lo es? Y me pierdo cual científico experimentando mundos desconocidos y deseoso de descubrir algo nuevo cada vez. 
   Lo que descubrí  hace mucho fue, que muchas veces eres consciente de tu sueño y casi puedes dirigirlo a tu antojo; y  otras veces te levantas a desbeber y cuando vuelves en duermevela al catre, retomas el sueño donde lo habías dejado: es como si con el mando a distancia de tu voluntad, dieses al "pause" y luego accionaras el "play"... el sueño continua y acabas ganando la carrera contigo mismo o encestas en el último segundo, la canasta que da a tu equipo el título liguero.

   En las veces que no he sido capaz de reconocer que soñaba, estas imágenes oníricas se mueven a su antojo y actúan con total libertad y cuando despiertas tratas de encajar esas imágenes para darle un sentido racional; éste no lo encuentras. La mayoría de las veces escapa a la razón y es absolutamente imposible tratar de narrar aquello que recuerdas con meridiana claridad; esto es, que no hay manera humana de poner palabras a esa nueva dimensión en la que  estoy seguro me adentro buscando cada noche cualquier universo paralelo y encontrar el mejor posible para actuar sobre un guión sin establecer donde soy uno más de los actores que intervienen sin dirección, sin maquillaje, sin dobles, en una película con tantos finales posibles como aquella probabilidad que tenía el cliente cuando solicitaba su zumo de naranja.

   Creo (con ciertas reservas) no equivocarme; puedo considerar el sueño, como una (nueva) dimensión. A ver dónde nos encontramos esta vez...

                                                   
                                                           Fotografía de: Jose M. Ordóñez