miércoles, 23 de noviembre de 2011

El tren

   Siempre me apasionó la figura de un tren. Cuando llegaba a la estación, cuando se detenía y exhalaba agotado… cuando partía sin prisa: sabedor de su puntualidad. Verlo pasar a toda velocidad, o llegar tarde y  observarlo a lo lejos; ya sin remedio.
   Este artefacto (de lo) humano, se presenta a veces en la vida real o en la onírica. ¿Tenemos miedo a afrontar la imagen y su significado?
   Lejos de  cábalas y esotérica interpretación, este mastodóntico ingenio, se aparece de vez en cuanto por nuestra vida.
   Ver un tren en sueños, puede significar un viaje. Si este tren se desplaza seguro, llevarás a cabo tus planes y tus expectativas se verán cumplidas.
   La red de ferrocarriles puede representar una imagen simbólica del ritmo impersonal e inflexible del destino. Esto parece contar igualmente.
   Perderlo, puede significar el retardo en nuestra evolución por culpa de nuestras fijaciones o complejos.
   En cambio, parece ser que si contemplas simplemente el tren pasar, sin intención alguna de cogerlo, te has convertido en un mero espectador de tu vida y no encuentras (o no deseas)  la fuerza necesaria para dar el gran salto.


         
   ¿Qué tren, qué paisaje te motiva más?




   Se puede probar a ver los vídeos, todos a la vez, comenzando de abajo hacia arriba, partiendo desde la derecha... o aleatoriamete; como el caos que nos envuelve.

    

  

14 comentarios:

  1. No te puedes imaginar lo ligada que está mi vida a los trenes, desde niña, y cuánto me gustan.
    El tren que más me motiva: aquél en el que yo voy dentro, el que me transporta, que no figura en ninguno de los vídeos.

    Gracias y un abrazo

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  2. Los vi a la vez y el primero duró muchísimo más, porque, aparte de ser el más largo, fue el último en ser puesto en marcha.
    Y me produjo una rara sensación.

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  3. Me alegro un montón, que hayas tenido una sensación (supongo) agradable y con cierta nostalgia a recordar los trenes...
    Me alegra que el tren que te motive, sea ese en el que viajas y que (¡Quién dice que no!) crees que no aparece en el vídeo... es una manera de decir, que manejas tu vida a tu antojo y estás segura de ello.

    Un abrazo, Queti.


    Mariajesús, adivino que te ha gustado por aquello de tener que prestar atención a seis imágenes muy parecidas, pero diferentes: de eso se trata, de (al menos) provocar una sensación; sea del tipo que sea... prueba a hacerlo aleatoriamente. Seguro que encuentras tu tren....
    Gracias por pasarte por aquí. Un abrazo.

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  4. La vida es como un viaje en tren, y en cada parada se van bajando algunas personas, por lo que, los desapegos son constantes en cada estación.

    Y es que la vida es un viaje en tren.

    Un beso.

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  5. Cierto María... la vida es demasiado corta como para detenerse a mirar en un punto muerto sin sentido. Ese tren, que podría muy bien representar a la vida, es una alegoría repleta de respuestas: se sube gente que nos acompañará hasta el fin del trayecto; gente que lo perderá y con ello, perderemos ambos de nuestra compañía... gente que se apeará antes de tiempo, los que ni siquiera se sentarán a tu lado ni te saludarán; se apearán pronto de tu vida. También existen las estaciones paralelas, donde veremos llegar viajeros que se han equivocado de tren, los que se quedarán en tierra... todo un abanico multicolor de posibilidades para que nuestra vida, esté repleta de "todo". Disfrutemos de esos trenes, de esas estaciones y sobre todo, procuremos tomar siempre el tren adecuado, cuando nos hayamos apeado del que no sabríamos muy bien, a dónde nos llevaría...

    Un beso igualmente y muchas gracias por tu participación. Me pasaré por tu blog.

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  6. Sabes, lo he puesto varias veces, y me gusta el tren ese que se ve de lejos y lo ves venir y luego ves como pasa. Dime,¿esto no es un test de psicología, verdad? POrque oye, me resulta como esa psicología en la que muestran diferentes dibujos y tienes que contarles una historia con cada uno de ellos. En fin, espero haber aprobado.
    Jeje. Ahora en serio, ¿cómo te las ingenias para hacernos este experimento? A mi, el sonido del tren siempre me ha cautivado, y las estaciones y el olor de las llegadas y las despedidas, porque no siempre son iguales al igual que los sentidos y los sentimientos. Trenes he cogido pocos, autobuses sí, muchos. Espero que la metáfora siga siendo la misma :-)

    En un vagón del tren te he dejado un abrazo, ahora te toca a ti averiguar en cual de ellos está.

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  7. Encarni, gracias por tu comentario: no, no es un test... pero ya que lo dices, ¡Podría serlo! Je,je! Tampoco se me había ocurrido.
    A mí, el tren que más me gusta, es el número 6 (el primero comentzado por la izquierda, desde arriba... éste, sólo se percibe su presencia por ese olor que describes, por la rapidez con la que pasa (sólo se escucha un golpe seco, debido a su grandísima velocidad) y deja rápidamente el paisaje vacío... parece que no ha pasado, pero sí, y vuelve de nuevo a pasar... así, hasta que consigues quedarte atrapado...

    Mis sonidos particulares de trenes, los llevo desde la infancia, cuando siempre íbamos a despedir a familiares que marchaban en un viaje en blanco y negro, buscando colorido: Alemania, Suiza... destinos que ahora se nos hacen muy lejanos. Por suerte, mi padre nunca tubo que coger ningún tren de esos... ahora, tal vez, yo estaría escribiendo en otro idioma, y no sería "yo".

    Gracias por tu abrazo: creo que anda en un vagón cuántico: me será muy fácil encontrarlo.
    Un abrazo igualmente y saluda a mi ex-compañero de madrugones.

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  8. Sin duda, esta entrada sería algo así como Utopazzo en estado puro. Infancia mezclada con sueños, ese tren que es pero que no es, que se escucha pero no se ve, que pasa sin ser visto, que queda atrapado en un bucle temporal para repetirse una y otra vez .... ¿como el mismo tren, hacia dónde ahora? Hasta sale el Utopazzo freudiano "interpretador" de sueños. En definitiva, te veo en tu salsa onirico-cuántica en la que te mueves como pez en el agua o como pasajero de estos trenes que alguna vez pasaron.
    Te diré que antes se disfrutaba de los viajes en tren. Uno se sentaba y primero esperaba a ver quién te caía por suerte de compañero de habitáculo: si era un pesado, gente simpática o incluso, con suerte, te podía tocar una chica mona con la que hacer migas ..... eran tan largos los viajes que se podía hacer vida, conocer gente. Hoy ya no es así. En aras de la eficacia, lo único que importa es que lleguen rápido y los pasajeros ya casi ni se hablan entre ellos. Ciertamente, los viajes en tren han perdido su encanto. Una verdadera pena.

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  9. Me alegra, Pormeteo, tu análisis sobre esos trenes y el enfoque onírico (que puede tenerlo, por qué no...); sin duda, has visto las grabaciones con atención: hay trenes que pasaron tan rápido, que no pareció que pasaran; los que pasan y no se detienen, o aquel que quiere avanzar y queda atrapado en el tiempo, así como los caprichosos, de los que desconoces su desenlace. Gracias por tus (siempre) sabias palabras.

    Woody Allen, retrató perfectamente el destino final del ser humano, utilizando precisamente los viajeros de distintos vagones de trenes... no es difícil de adivinar, pero si ves las imágenes, te dejan durante bastante tiempo reflexionando a cerca de ello. No desvelaré el desenlace de la secuencia, pues aunque parezca preparado, ésta, la tengo guardada en una entrada si editar aún... casualidades o no, de la vida... leeva en el congelador más de un año.

    En cuanto al disfrute de los viajes en trenes (valdría igual para cualquier tipo de viaje en autobus, turismo o carroza...) llevas razón, y ya nada es como antes, pero no es del todo cierto, pues si como dicen lalgunos filósofos griegos, puede repetirse una y otra vez esta vida... ¡Qué suplicio!
    Espero que al menos, en eso, estuviesen equivocados. ¿Te imaginas tener que soportar de nuevo al Sr. Presidente de tu comunidad, cada siglo...?

    Un abrazo.

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  10. La simbología que se establece con los trenes es clarísima y rotunda; es un paralelismo claro de la VIDA que pasa ante nuestras narices y nos obliga a tomar decisiones de hacia dónde vamos: Trenes que pasan a toda velocidad, estaciones por las que pasa un tren de higos a peras, trenes perdidos, trenes tomados in extremis...decisiones, elecciones que nos llevarán a un lugar o a otro. El tren que elijamos nunca será el mismo porque tampoco lo seremos nosotros, y tampoco debemos olvidar que podemos tomar varios trenes, incluso en sentidos contrarios.

    ¿Qué tren elegiría yo? Los trenes representan una imagen de vida colectiva y... ya sabes, el mío sería un tren que se viera desde dentro, lleno de conversaciones propias y ajenas.

    Un beso.

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  11. .... y la de veces que tomamos trenes equivocados, trenes que nunca paran y de los que nos lanzamos en marcha partiéndonos la crisma. O de los que no nos atrevemos a lanzarnos .... toda una vida.

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  12. Felicidades Utopazzo, a pesar de que haya resultado un día tan imperfecto...la foto de cabecera -lo olvidé el otro día- ¡perfecta! Si va a resultar que la representación de la vida es mejor que la vida misma.

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  13. Prometeo, y las de veces que me he apeado yo, con el tren en marcha... las de veces que he tratado de cogerlo en marcha, la de veces que me equivoqué de tren, mientras el mío...

    Me viene a la cabeza un hecho gracioso, que me sucedió mientras iba camino del servicio militar (obligatorio por entonces, año 83...) donde en compañía de un amigo que iba a las trincheras como yo; nos bajamos en una parada de una estación (teníamos al menos media hora) a tomar un café. Cuando volvimos a nuestro vagón, comprobamos que no había nadie, pero sí estaba nuestro equipaje de guerra; nos quedamos atónitos, mientras por la ventanilla veíamos como el tren con el resto de pasajeros pre-militares, estaba en marcha... nos faltó un pelo, para perder aquel tren. ¿Qué habría sucedido entonces? Seguro que estaría escribiendo este blog, desde el calabozo, y en lugar de Utopazzo, podría llamarse "Por perder un tren"...

    Par mí, son incluso divertidos esos trenes cuánticos, donde te apeas en marcha y apareces en otro vagón lleno (a saber) de gente de todo tipo; atraparlo en marcha a toda pastilla, y pasar a una estación futurista, o del pasado: ahora mismo, no sabemos a ciencia cierta, en que viaje estamos.

    Un abrazo.

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  14. Gracias Ana. Por suerte, pude entonar el "do" de pecho en el ensayo, para preparar el concierto de hoy. La tristeza y la desilusión, desaparecieron de forma rápida.
    Ya sabemos que los niños, son así; también aprendemos los adultos con sus actos (reprobables en toda regla) para en el futuro más inmediato: es decir, desde hoy, y saber prever los acontecimientos... sabemos que se puede. Luego, la educación y la suerte, harán que el próximo año, soplemos de nuevo las velas esos dos niños y un servidor.

    Un beso.

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