Una silla, es demasiado pequeña para encontrar certezas; necesitamos de un Diván, que nos permita hundirnos en él, que nos permita efectuar la pregunta más absurda de la vida; aunque no obtengamos respuesta... en el Diván, el especialista que nos escucha, parece desaparecer pues ni siquiera es necesaria su presencia; es la excusa que necesitamos para ser escuchados, para hacernos ver y para oir de un extraño, lo que ya sabemos.
Cuando narramos la historia de nuestra vida reciente, necesitamos hacernos preguntas, aunque el psicólogo de turno, fuese un maniquí. Necesitamos de su presencia para no tener que mirarnos al espejo. Sólo nos interesa encontrar certezas, lejos de encontrar solución a las preguntas que lanzamos al muñeco, como medio de camuflaje.
En ocasiones, nuestros amigos se convierten en improvisados psicólogos, de forma consciente-inconsciente, para limpiarnos el vaho del frío Otoño. Con ello, tratamos de expandir todo el alquitrán sobre el nuevo asfalto que nos lleve de nuevo a renacer en Primavera, pasando de puntillas sobre el Invierno; ese, donde algunos hibernan pasando el film de su vida, una y otra vez, hasta encontrar sus secuencias preferidas... en su Diván favorito.
Dedicado a todos los que en algún momento, miraron de reojo al Diván.
En ocasiones, nuestros amigos se convierten en improvisados psicólogos, de forma consciente-inconsciente, para limpiarnos el vaho del frío Otoño. Con ello, tratamos de expandir todo el alquitrán sobre el nuevo asfalto que nos lleve de nuevo a renacer en Primavera, pasando de puntillas sobre el Invierno; ese, donde algunos hibernan pasando el film de su vida, una y otra vez, hasta encontrar sus secuencias preferidas... en su Diván favorito.
Dedicado a todos los que en algún momento, miraron de reojo al Diván.
Mi diván es el blog.
ResponderEliminarYo puse una vez mi blog en el diván, otras veces me tumbo en mi cama o en el sofá y hago terapia personal con mis recuerdos, que van hacía atrás como las imagenes de tu video hacia el final del mismo. Como no podemos volver el tiempo para atrás, lo hacemos con los recuerdos que es más fácil, bueno, no siempre, depende lo que haya en los recuerdos.
ResponderEliminarEn cada video se te ve esa venita cinéfila que la recreas muy bien. :-)
Tres abrazos, para que los repartas.
Muy acertada tu respuesta Mariajesús. Es el diván virtual por antonomasia y además, creo que funciona: nos sirve igual de maniquí o muñeco; nos da igual si hay alguien al otro lado... y aveces, desde ese "border line", hay alguien dibujando en ese cristal, con el vaho que lo empaña.
ResponderEliminarUn cordial saludo, y muchas gracias por tu participación.
Encarni, colocar el blog en el diván, es exactamente lo que hace todo el mundo: unos, de forma consciente y la gran mayoría, de forma inconsciente. Nos vale, como haría Mariajesús, o la gran mayoría de todos los que conozco.
ResponderEliminarEn el segundo caso, donde colocas tus pensamientos o recuerdos en la cama o sofá, puede que sea la forma más utilizada por el común de los mortales: "Lo consultaré con la almohada"... yo, en cambio, nunca lo consulto con la almohada; estoy enfadado con ella: es la culpable de que esté casi, casi calvo...
Me alegra que te gusten mis vídeos. Gracias por tus valiosas palabras. Ya repartí esos abrazos... recibe igualmente tú, otros tres.
Utopazo, ten cuidado con tu almohada, sabes, que además de dejarte calvo, lo mismo aspira a hacer algun experimento humano, y te ha cogido como conejillo de indias. A que va ser eso...
ResponderEliminarDe ahí entiendo tu enfado :-)
Ainss, no entiendo muy bien tus vídeos pero me gustan :)
ResponderEliminarLa Historia, hasta hace poco sólo escrita por hombres, hacía que las mujeres, aun teniendo más talento que ellos, quedasen relegadas a un segundo plano. Uno de los millones de ejemplos sería lo que pasó con Nannerl, la casi desconocida hermana de un genio de la música, Wolfgang Amadeus Mozart. El cineasta francés René Féret fabula acerca de la vida de Nannerl para reivindicar con ella a esos millones de mujeres con talento que han quedado olvidadas para la Historia. Se centra la película en el período en que la familia Mozart, dirigida con mano firme por el padre, Leopold (Marc Barbé), con Wolfgang aun un niño de unos 11 años de edad (David Moreau), van a Paris, y allí entra el director para fabular sobre que Nannerl podría haber intentado probar suerte como compositora, teniendo una extraña relación platónica con el Delfín del Rey de Francia, apenado por la muerte de su esposa y la conducta libertina de su padre. Gran ambientación y excelente música, compuesta especialmente para la película, pues las composiciones originales de Nannerl no se han conservado, al contrario que las de su genial hermano. Correctas interpretaciones, muy realistas, ya que la película trata todo el tiempo de huir de la vacua espectacularidad que recordaría a superproducciones de Hollywood como “Amadeus”. Loable propósito del director, lo malo es el ritmo lento, que desconecta a veces, pero la música es soberbia. Marie Féret, hija del director, encarna creíblemente a Nannerl, tanto cuando toca música como cuando se disfraza. Y tampoco nos olvidemos de la enigmática infanta del Rey, Louise (Lisa Féret, otra hija del director, cuya familia trabaja mucho en sus películas), que acaba en un convento y se hará monja.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Eb2LWEhuTG8&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=moycDdLm8bk&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=cO5Go88iw5k&feature=related
NANNERL, LA HERMANA DE MOZART: * * *
Encarni, esa almohada traicionera, que se ha ido quedando uno a uno con mis cabellos (tan lustrosos durante tantísimo tiempo) la tengo castigada y no sólo no la consulto nunca, sino que duerme bajo mi pecho; para escarmiento, mis consultas las realizo al gran colchón: éste, al ser más amplio y confortable, permite incluso que trate de abrazarlo; y aun sin conseguirlo, tiene una paciencia infinita con mis soflamas, mis salidas de tono, o mis arrumacos cuando sueño alcanzar Júpiter.
ResponderEliminarUn abrazo.
Elena, gracias por tu comentario: a mi me encanta que te gusten mis vídeos, aunque no los entiendas… ¡Si ni siquiera yo los entiendo! No es ningún problema; me salen de dentro, cual puzzle a encajar pieza a pieza, imagen a imagen. Es lo que tiene el ser humano, esa idiosincrasia de (a veces) hacer cosas, sin saber muy bien el fin: al final lo que cuenta, es que el resultado al menos, no sea indiferente.
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo y un abrazo.
Carla, visité tu blog y encontré esa página que dedicas a Nannerl. Lleva razón lo que expone, a cerca de la figura femenina a lo largo de la historia, cuando de arte (y otras muchas cuestiones de la vida diaria) se trata: la mujer, siempre fue relegada a un segundo plano y en el caso de Nannerl, el brillo (que lo tenía sin duda) era apagado por la figura impresionante de Mozart. Por desgracia, así fue, así sigue siendo (aunque menos) y seguirá en esa línea, si antes no lo evitamos con nuestra lucha. Yo aporto todo lo que puedo; incluido mi trabajo con esos vídeos donde me recreo, buscando no sé qué…
ResponderEliminarGracias por tu aportación. Un abrazo.
Bueno Utopazzo, utilizamos una enorme diversidad de divanes que van cambiando a lo largo de la vida, adaptándose a nuestros cambios, aunque algunos permanecen invariables como buenos amigos; los amigos, claro, las aficiones, incluso a veces, no hay nada más terapéutico que contar aquello que creemos inconfesable a un gran desconocido y después de todo tomárselo a risa, aunque ahora que lo pienso, cada vez me río menos.
ResponderEliminarPor cierto, ya sabía lo de Júpiter, la Luna te pilla demasiado cerca.
Un beso desde el otro lado del diván.
Ana, esos divanes, cambian cual universo en la famosa teoría de cuerdas... echa un vistazo si no, de nuevo y verás qué caprichoso es el moldeable e inexistente tiempo, aunque nos empeñemos en ello, todo parece ser una persistencia ilusoria de nuestra mente... y no lo digo yo.
ResponderEliminarNo te preocupes por el tema del humor, que esto de la risa, es como aquellos equipos que siempre luchan por el mismo título: tarde o temprano, uno lo consigue en detrimento del otro, y así se va construyendo la historia... ya reiremos más, y mejor. Como aquello que se me ocurrió: "Somos más filósofos, aunque nos divertimos menos"... cambia filósofo, por loco (que me va más) y los resultados son parecidos.
Ahora que han descubierto un nuevo planeta con posibilidad de albergar vida (tal y como aquí la conocemos), hasta Júpiter me queda cerca...
Disfrutemos mientras tanto, a que alguien descubra si existe el tiempo o no...
Un beso.
Dices que nos pasamos la vida buscando certezas, lo que no deja de ser CIERTO ..... pues yo he encontrado muy, pero que muy pocas. Al contrario, cuando más parece que te acercas a una certeza, más y más preguntas surgen al respecto. Ya ves en qué precariedad nos encontramos, sin planos y casi sin brújula para recorrer esta historia que por momentos nos rebasa. No es mal ejercicio ese el del diván, aunque por lo que se ve por ahí, algunos no saben ni lo que es. Parece que por su gran inteligencia o por inspiración divina, se liberaron de "la pesada carga" de la reflexión y la duda. Y hoy más que nunca su notoriedad va en aumento.
ResponderEliminarRespecto al video, otra vez nos encontramos con tu inconfundible sello personal. Geniales ESAS GAFAS y el rostro inexpresivo del escuchador. Pensándolo bien, podría ser la misma cara inmutable de quien no está acostumbrado a escuchar a nadie o que se ha cansado que le molesten con problemas ajenos. Repasar lo hecho, una obligación. quedarse en el pasado, la negación de la propia vida. De ahí que en el pasado, como en la piscina, sólo de zambullida y a ratos. Y siempre después de haber hecho la digestión. Si no, ya sabes lo que pasa.
Buena esa semejanza de la vida como un bosque misterioso en el que es muy fácil perderse .... para aparecer después quién sabe dónde y casi siempre sin ser ya los mismos. Mejor así, que si no vivir sería muy aburrido. Y tranquilo, alégrate de ser filósofo. Quien se deja de hacer preguntas o está muerto de verdad, o lo está sin saberlo. A reír en serio, se aprende con los años ... y con los niños.
Por cierto, felicidades por tu Barca. Lo de la supremacía culé ya empieza a tener tintes de pesadilla. Ves, esto sí que me puede llevar al diván .... XD XD XD
Se me olvidaba: apúntate un diez por la nueva cabecera de tu blog. ¿es una foto tuya? Imposible no detenerse en los detalles.
ResponderEliminarPrometeo, la vida puede dar tanto miedo, como el bosque en el que me adentro, enganchándome con todo tipo de espinas, tallos… pisando humedad, suelo resbaladizo y con poca luz; ya se sabe que la falta de luz confunde, pero al mismo tiempo nos pone en alerta: esto mismo, nos puede salvar la vida… la misma que se presenta con luz, calor, con suelo firme… pero ésta, se halla fuera. Luego de haber salido, caminamos hacia el Diván; muchos lo encuentran en la barra de un bar, en el asiento de un parque… o en el calor del hogar. La más de las veces, lo hallamos sin ser conscientes de ello. Luego, están las gafas de buceo; las que utilizamos para zambullidas cortas. Las zambullidas de largo recorrido, profundidad y temporalidad, necesitan de algo más que unas simples gafas…
ResponderEliminarGracias por tu consejo (¡Somos más filósofos…!), gracias por tu saber estar y entender algo tan simple como un juego de pies y pelota… ya sabemos que esto va por equilibrios varios, sobre esa teoría de cuerdas: también yo aceptaré (porque es seguro) que un día, vea la copa cambiar de manos; hoy por hoy, disfruto como cualquiera y aprendo; mañana incluso en el fracaso, seguiré aprendiendo y respetando. Enhorabuena a ti también, por anticipado.
La foto de cabecera, la conseguí en un paraje natural muy cerca de la ciudad (concretamente a veintidós kilómetros) llamado “Cañada de las Hazadillas”… como dice, imposible no detenerse a mirar un poco eso que otros no ven, y en cambio yo, veo como un simple (pero magnífico) milagro: de nuevo, la vida aparece y no por casualidad.. pero esto, será tema de otra entrada tal vez.
Un abrazo