martes, 7 de septiembre de 2010

Yo salto, yo salto


   Eran los años 70 y recuerdo cómo mi padre, nos recogió a mi hermano  y a mí, para llevarnos al campo. A coger yerba pa los conejos -nos dijo mi padre-. Nos fuimos no muy lejos de casa, ya que estaba muy cerca; pues vivíamos en las afueras de la ciudad. Mi abuela Serafina (que más tarde nos enteramos que no se llamaba así, sino Carmen; toda la vida llamándola Serafina, y no era su nombre ...) tenía en el patio de su casa unas conejeras con decenas de estos animalillos que sólo comen hierba, y que había que alimentar. Provistos de unos sacos de tela y algún artilugio para cortar la hierba, nos pusimos en camino. Habíamos recogido bastante; pero como los sacos llenos pesaban poco, se podían recoger varios...caminando en busca de hierba fresca, nos topamos con un obstáculo que franquear: una acequia que yo salté con relativa facilidad (tendría entonces once o doce años), mi padre quería coger a  mi hermano en brazos y sortear la susodicha acequia; en estas, el pequeño dijo muy seguro: yo salto, yo salto...con seis o siete años que tendría entonces, el salto no logró traspasar el gran río que para él representaba, y de un salto, aparecer al otro lado donde yo, esperaba expectante, retándolo con la mirada. Cayó entonces y su pequeño cuerpo, terminó todo empapado al aterrizar en el fondo de la acequia...yo salto, yo salto -decía mi padre imitándolo- ¿Has visto chiquillo cómo te has puesto...? to chorreando...anda, tira p'allá, que te vi a dar asín -decía mi padre recogiendo como podía, a mi hermano de entre las aguas pútridas del torrente donde se había metido. Comenzó a llorar entre asustado y, tiritando de frío; mas creo que no sabía dónde se encontraba...
   La última imagen de la película, que tengo en mi abarrotada memoria, es la de mi padre recogiendo ramas de olivo, madera seca y rastrojo para hacer una "lumbre"...vamos a encender una lumbre y ponemos la ropa a secar, aquí al lado de la oliva esta -dijo para sí mismo y a los que por allí andábamos-. Mi  hermano todavía llorando más; pues en calzoncillos y cerca del fuego, tiritaba de miedo y de frío; mientras toda la ropa era colocada en las ramas del olivo más próximo al fuego. Mi padre no paraba de mascullar cosas ininteligibles: in, in...te, te...manditosea, si es que no pué ser... mientras yo, no paraba de reir con malicia y repitiendo las palabras que seguían rebotando en mi cabeza: yo salto, yo salto...
    No recuerdo cuanto tardamos en reanudar la marcha y buscar la casa, eso sí, teniendo que sortear de nuevo la acequia, pero esta vez en sentido contrario y sin accidente alguno. Hacía frío entonces, por lo que deduzco que debía de ser el mes de diciembre, o enero tal vez.



    A día de hoy, cuando nos reunimos y nos saludamos, todavía decimos: yo salto, yo salto.

4 comentarios:

  1. La autocensura funciona, primero lo pones y luego lo quitas, ¿Por qué será?

    “El lunes me ponen Internet” jeje

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  2. Que mal pensados somos a veces...realmente lo subí anoche a través de "Youtube" y luego pensé que realmente,para cualquier persona que lo vea, no le dice mucho o nada, pues nada hay en las imágenes salvo para nosotros que sí conocemos la historia. Por eso lo eliminé y he estado toda la mañana intentando subirlo en el formato que viene en el mismo blog...como me ha sido imposible (por razones que no me explico, pues sólo tiene una duración de 27 segundos...) he vuelto a hacerlo en el conocido portal. Ea! ya está puesto de nuevo...
    Saludos y sigue ampliando tu blog, tiene un montón de posibilidades.

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  3. No os parece que eso de "Yo salto, yo salto" nos a pasado a todos en la vida, metafóricamente hablando. Pues quien en un momento dado de su vida no ha tenido que dar el "salto" y rara vez no se ha visto precipitandose hacia un "infecto arroyuelo". Claro que por otro lado es algo inevitable en circustancias normales tener que saltar...

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  4. Muy buena tu apreciación. Mayores son los saltos que he dado yo en mi vida, que el que aquí relato...y mayores las caídas y más dolorosas fueron...y lo que nos quede!
    Estate atento, pues no falta mucho para que por aquí, sigan saliendo todo todo tipo de saltos...

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