martes, 10 de agosto de 2010

Reflexiones tras bajar la marea


     
                   Vacaciones...
   La hora de la siesta no existe. Trece largos días durante los cuales, intenté echar una cabezadita...quizá lo consiguiera en algún momento por estar tan cansado (de la falta del dios silencio) que ni acordarme de los sueños puedo. La siesta, eliminada de mi afición.
La vigilancia policial, es lo mejor; simplemente no existe, "no existe". Trece largos días en los que me pareció ver (ya no sé si en sueños) algún coche con dos policías dentro,. como si quisieran pasar desapercibidos: mirad, que estamos por aquí, estamos trabajando pero no nos busquéis pues os podéis apañar solitos...creo sinceramente que eran hologramas emitidos por el edil, desde lugar estartégico; debe ser más barato que contratar los servicios de seguridad del estado...algún coche con dos policías dentro; posiblemente vería a esta encantadora pareja más veces en mis sueños, que en la realidad; teniendo en cuenta las pocas veces que pude lograr dormir...es posible que los haya soñado anoche mismo, desde mi querida cama, en mi casa, con mis ruidos queridos...-cuanto eché de menos mis dioses ruidos, en mi salón esperándome para darme la bienvenida en una fiesta con derecho a descanso-
Los ruidos a motor, algo que pasa bajo tu ventana: un ruido estruendoso (siempre mejor de madrugada) con algo parecido a un individuo o más, sin casco...parece querer levantar el vuelo; lo sé porque ya, siempre me cogía despierto y me adelantaba; la moto o lo que fuere, intentaba llegar hasta mi ventana de una octava planta...ahí me di cuenta que la policía no existe; nos han mentido siempre, en la costa, no existe. Deben ser turistas que te persiguen desde los tiempos más remotos para ponerse alguna vez el uniforme, aparecer en tus sueños y esconderse de ti: todo está pensado para que vuelvas a caer en la trampa; el próximo año, de nuevo me espera el mismo apartamento, el mismo vecino, la misma policía y los pequeños dioses.

2 comentarios:

  1. De vacaciones, al menos a la playa, no se va a descansar, son dos hechos incompatibles. Por otro lado, para librar a las ciudades de ruidos innecesarios y molestos no sirve la policía, deberían servir la educación, el sentido común y la conciencia cívica; cómo estas tres cosas brillan por su ausencia también pueden ser útiles unos tapones para los oídos.
    Pssss, una silenciosa despedida.

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  2. Bueno, yo siempre creí que bajar a la arena de la playa (no a tomar el sol, que nunca me ha gustado) y sentarme bajo una, o varias sombrillas contemplando el paisaje, con todo lo que ello incluye, y ponerme a leer un buen libro o simplemente el periódico, era motivo de descanso, relax y alimento para el espíritu...y claro, como el memo de turno aprovecha la ausencia total de los servicios de seguridad del estado, osease, la policía (por ejemplo) para campar a sus anchas y dejarse ver con: su magnífico ruido sobre una cosa parecida a una moto, o lo que algunos creen denominar música saliendo por las cuatro ventanillas de su "carro" tuneado o de color más bien negro, a todo volumen y sobre la hora aproximada del denominado descanso o siesta, o sobre la madrugada (que se aprecia mejor su dudoso gusto)...claro, todo esto te aleja del descanso. Por otro lado, si uso tapones para evitar esos ruidos a los que parece haberse habituado de forma sumisa, la gran mayoría de mis semejantes,no oigo las olas del mar; tan ansiadas por mí. Saludos!!

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