viernes, 6 de julio de 2012

Carta de ajuste, carta de aguste...




   Mi particular carta de ajuste,  era esa donde me sorprendía noche sí, noche y día también, observando el colorido de tonos blancos, negros y grisáceos: una carta que acompañada por música, generalmente clásica (siempre amé esos acordes, esas armonías...), llegaba casi, casi a hipnotizarme; no sabía de su significado, ni falta que hacía: cual autómata, esperaba a que comenzase la programación. Luego una vez que ésta daba comienzo, por regla general, apagaba el televisor.

   Hoy mi carta de aguste, es diferente: por aquello del gusto, por aquello de poder elegir libremente y porque el ajuste de ahora, es bastante más simplón, más mecánico y sin vida propia... prefiero el aguste de la conciencia ajustada a mis tiempos, y agustada igualmente: soy un privilegiado que me muero de gusto cada vez que me invento un palabro nuevo: "Aguste"... y me quedo tan agusto cuando al soltarlo, sé que llegará tan lejos como los propios pensamientos: podrán decir que eres un pirado, un payaso o que te falta un tornillo; y lo más gracioso de todo, es que lo dirán ajustándose a unos patrones, que idearon otros locos... yo, me agusto a otros ideados por mí; y esos nadie puede arrebatarlos, nadie puede atraparlos y encarcelarlos, nadie puede borrarlos, por más que lo intenten.

   A ver cuándo, aparece de nuevo la carta de ajuste. De momento, dejo la mía: la de aguste...


Carta de ajuste... por utopazzo

¡Felices vacaciones...! ¡Felices cartas...!