Se dirige Pablo hacia mí, con una pregunta que él mismo se
responde. Está jugando mientras yo estoy imbuido en el ordenador.
¡Papi…! Me dice. ¿Tú crees que en otro mundo habrá un chico
como tú? ¿Qué se parezca a ti, con gafas, que vista igual, que haga las mismas
cosas…?
Le pregunto cómo ha llegado a esa conclusión, y me responde
que no lo sabe. Pero es posible que
pueda ser así.
Me pregunta Pablo, si soy capaz de contar desde el uno hasta el novecientos. Le digo que sí, y que él también puede. Le pongo un ejemplo, y le pregunto: -¿Después del novecientos, qué numero viene?, entonces él me contesta que el novecientos uno... le apunto entonces que siempre detrás de un número, siempre aparece el siguiente, y así hasta el infinito... muy irónico él, me dice: -¡Sí, luego viene el infinito uno, infinito dos...
28 de febrero de 2012
Pablo pregunta a mamá, por qué él no tiene hermanitos, y otros niños sí. Mamá le contesta con algunas variantes y él le interrumpe, con su particular forma de analizar las mismas preguntas que se hace, responderse así mismo de inmediato: “Cuando estaba dentro de tu barriguita, y era así de pequeñito (indica el tamaño separando un poquito pulgar e índice), había otro hermanito conmigo dentro igual de pequeñito; pero él se murió y salí yo solo…”
Diciembre de 2011
Habíamos decidido irnos a Granada el domingo cuatro, a pasar el día. Por la noche, Pablo en la cama, le dice a mamá: “Mamá, te voy a decir algo, pero no te va a gustar; mañana, va a suceder algo terrible… mañana se abrirá la tierra por debajo del suelo y saltará hacia arriba y caerá en un charco; así que no podemos ir a Granada…
Pablo quiere hacer un dibujo a la acuarela. Le pide los materiales a mamá, y se sumerge en su abstracto mundo para eliminar las vibraciones en un día, en que llegaría a encender bombillas con sus "cargas" estáticas y su actividad. Creo (sin temor a equivocarme) que su "carga" energética, va proporcionalmente ligada a nuestra "descarga", que acaba con nuestros sentidos, percibiendo una nebulosa tras otra.
Comienza a dibujar (yo no le presto atención, ni conozco qué está haciendo) y cuando termina, me dan una sorpresa: han colocado los dibujos, en su tablón de "anuncios" o pizarra de corcho...
Mamá, me comenta en la intimidad, qué le ha contado Pablo, acerca de los dibujos: "este dibujo es un laberinto... y ¿sabes qué son todos esos puntitos?... soy yo, caminando por el laberinto
Una vez más, nos demuestra su mundo y lo abstracto del mismo; donde él, parece encontrarse "como pez en el agua".
Noviembre de 2011
¿Qué has visto? Me pregunta Pablo, cuando acabo de cerrar la ventana que da al patio interior, tras haber recogido la ropa del tendedero. Yo le digo que nada especial... él insiste y me pregunta si he visto el patio (le atrae, y no sé por qué motivo). Le repito que no hay nada especial y además, el patio es corriente... él insiste y recuerda que mamá le ha comentado alguna vez que las baldosas son feas. Intento dar rodeos par que él, desista de su afán por querer mirar hacia el patio. No sé cómo transmitirle lo peligroso que es asomarse... entonces le digo que es peligroso pues se puede caer y hacerse bastante daño. Él, sin pensarlo un momento me suelta: "Sólo te mueres y ya está"...
Julio de 2011
Esta mañana hemos pasado varias veces por las plazas del centro de Jaén, y a Pablo, siempre le entra sed en cuanto ve una fuente. En una de las plazas existe una fuente pública de la que no brota agua potable y desiste, no sin mirar una y otra vez de reojo al tiempo que masculla lo que él cree que sucede con esa fuente.
Tiempo después cuando regresamos, camino de vuelta, de nuevo intenta accionar el dispositivo que expende agua, y de nuevo comprueba cómo el agua no brota por el simple hecho de estar cortada desde alguna arqueta cercana. Me pregunta entonces quién ha cortado el agua; le respondo con absoluta naturalidad y (casi) certeza que ha debido de ser el operario o jardinero del Ayuntamiento encargado de los jardines que rodean la Plaza Deán Mazas... en ese preciso instante, muy seguro él (después de haberlo meditado -sin duda-) me responde: "También puede haber sido el dueño del bar, que ha cortado el agua para que los clientes que tengan sed, se sienten en las mesas y les pidan algo de beber... cerveza, refrescos..."
Habrá que observar al camarero en próximas visitas a la plaza...
19 de junio de 2011
Estoy aseando a Pablo, al tiempo que le voy contando qué haremos a lo largo de la mañana. Comento que iremos al parque del Boulevard, pero nos daremos una vuelta para ver los pisos que puede haber en venta y le voy añadiendo las ganas que tenemos mamá y yo, de un cambio de vivienda. Le pregunto si él tiene ganas de un piso nuevo... sin pensárselo ni un segundo, me contesta: "sí, pero los pintores se tienen que quitar los zapatos para meterse en la bañera"...
Cada loco, con su tema y tan pequeño aún, ya te demuestra que tiene sus ideas claras; respuestas claras a preguntas que para él, no tienen mayor transcendencia (de momento).
11 de abril de 2011
Pablo miente muy bien.
Me han desaparecido las gafas. Le pregunto si las ha visto o las ha cogido y contesta que no; le insisto y me dice que están sobre la cama; lo compruebo y no están. Sigo buscando, le vuelvo a preguntar y la la misma negativa.
Después de horas buscando, las encuentro por casualidad y compruebo que me había mentido al respecto: las encuentro muy bien cerradas detrás de dos de sus trenes de juego, parapetadas entre los libros de la estantería. Imposible encontrarlas, salvo buscando a conciencia.
Reflexión: ¿Por qué lo hizo...?
Posible respuesta: Quizá para que no me moviese de casa; es decir, mientras busco, pasa el tiempo...él gana tiempo para seguir jugando, viendo la televisión...yo sin mis gafas, no puedo moverme y por consiguiente, permanecemos los dos en casa.
27 de febrero de 2008
Pablo dice: Yo no puedo meterme en el fregadero...yo me tomo un jarabe y me pongo pequeñito y me meto por el grifo...
Pablo dice: Yo no me meto en el microondas. Mamá me mete en el microondas y me calienta y me come: yo no soy comidita.
enero de 2009
Pablo intenta levantar un pino, abrazándolo; hace esfuerzos mayúsculos por levantarlo. Mamá le pregunta: ¡Qué haces abrazando el árbol...?, Pablo contesta: intento levantarlo pero está muy pegado al suelo porque tiene, cemento, arena y hormigón.
Pablo en el cole.
Me comenta Pepe (su maestro) lo siguiente: Pablo está bebiendo agua y se ha mojado bastante...para disimular, quizá, le dice a Pepe "ahora le toca beber a la piedra..." Pepe le apunta que las piedras no beben agua; Pablo entonces, cogiendo una hoja del suelo, le dice "ahora le toca a la hoja, las hojas si beben agua y crecen en los árboles...Pepe se sonríe y no le le responde ante la rotundidad y originalidad de su exposición.
8 de mayo de 2009
Pablo pregunta por qué la campana de la iglesia de San Félix, no toca. Después de explicarle que no se utiliza desde hace mucho, y que utilizan un sonido parecido por megafonía, añado de broma, que el cura no tiene dinero para una campana nueva y sustituirla por la vieja, me contesta: ¡ Dónde se compra el dinero...?
Pablo de paseo con mamá; ve muchas banderas de España en balcones y ventanas...le pregunta mamá: ¿De dónde es esa bandera? Pablo responde: de España...mamá le vuelve a preguntar: ¿Y qué es España...? Pues un partido de fútbol! Responde Pablo.
Julio de 2010
Pablo en la playa, de vacaciones. Sin temblarle el pulso, se dirige a mamá para dejarle esta sentencia, sin previa conversación alusiva al tema: "Mamá, yo he conducido la historia".
Agosto de 2010
Pablo está haciendo trabajos en la terraza del apartamento, durante las vacaciones. Trata de elaborar un dibujo con acuarelas; en ese momento le comenta a mamá: "Yo pienso que pintar, es un trabajo abstracto".
Julio de 2010
Le comento a Pablo la posibilidad de disfrazarse para el carnaval del cole y le apunto: te vas a disfrazar de "robot" y te lo pasarás muy bien...-no, no...no; me disfrazo de niño grande y me voy al patio de los niños grandes para jugar con ellos a la canasta-, me contesta.
Cómo somos capaces de dejar atrás las ideas de cuando éramos niños, escondidas u olvidadas...es cómo dejar un tesoro de cuento enterrado bajo la arena.
ResponderEliminarYa me hubiese gustado a mí, observar mi infancia por un agujerillo; o mejor aún, en una pantalla antigua de cine mudo de 8mm...
ResponderEliminarPablo podrá contar con ello, y quizá con más...y aunque parezca que tener imágenes filmadas, resta interés, no lo creo así pues en la mayoría de los casos la memoria (como he mencionado a veces) nos juega malas pasadas o endulza y decora para dibujar un recuerdo más auténtico o bello...será posible pues, demostrar la auténtica realidad, que en ese momento será otra...