martes, 21 de septiembre de 2010

Una palabra tuya...

   Recuerdo los años 60 y 70 donde era "arrastrado" por mi hermana, mayor que yo tres años, y por tanto, con total autoridad, a la misa de los domingos...con apenas cinco o seis años, no entendía muy bien que era aquello; pero pasados los años iba atrapando información, que ahora recuerdo con una claridad cuasi reveladora.
   En cierta ocasión, y estando colocado en primerísima fila de bancos, vi alzar la copa al cura haciendo la ofrenda y mirando al techo de la iglesia buscando a Dios, y dijo: "el cuerpo de cristo..." partiendo la hostia consagrada e introduciéndola en al copa de la que se dispuso a beber al tiempo que yo, ni corto ni perezoso, le replicaba en voz alta,  frente al silencio de una iglesia abarrotada que esperaba un milagro, y donde el cura llegó a oir lo que profería mi pequeña bocanada de aire en forma de frase recriminadora: "mira el cura; se bebe el vino, y a mí no me da..." se oyó en toda la iglesia de tal forma, que aún hoy en día, si me acerco por allí, creo oir el eco de la sentencia.
   Como mi diosa madre, de vez en cuando me administraba un poco de vino Santa Catalina,  para ver si se me abría el apetito (¿Qué pensaban la madres en aquellos tiempos...?), esperaba que el párroco, hiciese lo mismo...mas no lo hizo; quedó petrificado en su lugar y creo que si un pintor del siglo XVIII, hubiese querido realizar un retrato del presbítero, lo habría terminado cual fotógrafo deteniendo el tiempo...entonces mi hermana tiró de mí y me sacó de la iglesia en tiempo récord e iluminando con el resplandor de su enrojecida cara por la vergüenza, todo el pasillo central a la vista y murmullos de los allí presentes; que eran tantos, como cabían en la amplia sala.
   Desde aquel día, y hasta el día actual, donde han transcurrido unos cuarenta años, jamás he vuelto a pisar una iglesia en compañía de mi hermana...que fue  lo que ella se juramentó.

   Pero tenía que hacer la primera comunión, y con ello, asistir a las "catequesis"; palabro que nunca entendí y que para mí, significaba solamente, catequesis...es decir, un "tengo que ir" para hacer la comunión; esa fiesta tan arraigada en nuestra sociedad y que perdura con los años y perdurará por los siglos de los siglos, amén.
   Seguía yendo a misa entonces, bien con algún amigo, bien solo pues la iglesia, quedaba cerca de casa. Las calles de entonces, desérticas de tráfico invitaban a la excursión de casa a la iglesia y viceversa. Divertidísimo viaje para ir al confesionario, y desprenderte de todos tus "pecados"...¿Qué pecados puede tener un inocente de seis o siete años..? (si no es pecado ya, ir a confesar!). Una vez que estabas delante de él, veías al cura entre la cortinilla mirándote como queriendo ser telépata y leer en tu mente, mas creo que no lo conseguía; y decías todos tus pecados, por orden alfabético o por importancia de más a menos...yo que sé!; comenzabas pues, y repetías los mismo que la última vez que visitaste el confesionario: he sido malo, he dicho palabrotas...y a veces me quedaba en blanco como diciéndome a mí mismo, que ya no había más; pero el cura, parecía querer más, y entonces repetía lo mismo una y otra vez...hasta que se hartaba de mí, y en nombre de Dios, con un gesto que no sabía que significaba, me largaba y ya estaba  limpio. Cuando salía de la iglesia, me encontraba tan bien, que comenzaba a "pecar" de nuevo; pues sabía que en mi próxima visita, sería perdonado; tan contento yo.



   Aquí ahora, todavía recuerdo cuando el párroco daba la misa y en un momento dado, pronuncia las palabras: "una palabra tuya, bastará para la semana...", eso es lo que entendí siempre mas nunca supe que no fuese otra cosa la que quería decir; que esa frase para mí, significaba que desde un domingo a otro, donde volvíamos a pisar la iglesia, todo lo que había hecho; bueno y malo, regular y demás, le valía a Dios, pues con "una palabra tuya, bastará para la semana" estabas perdonado de domingo a domingo, y yo tan pancho!!...ahora sé que no era esa la frase la pronunciada pero da igual, hace siglos que no voy a misa y entonces, desde el último domingo, hasta el próximo que vaya, estaré perdonado. Y sin confesarme!

6 comentarios:

  1. Es curioso como algunos recuerdos se quedan impresos en la mente, de una forma casi tangible.
    Mi visión particular de tu relato es que todos, por desgracia, hemos sido arrastrados en algún momento de la vida y para mayor infortunio, por ese club al que nos apuntaron desde nuestra más tierna infancia(Ángelicos). Como alguien dice: "Con una misa y un marrano, hay para el año, sobra misa y falta marrano". Menos mal que a dios gracias cada vez somos más ateos y menos proclives a apuntar a ningún club a nadie que no lo solicite. De todas formas creo que esto es como el simil del descubrimiento tecnológico que permita al ser "humano" no autodestruirse, que no llegará a tiempo y aquí con las tradiciones pasará lo mismo no habrá suficientes generaciones para desterrarlas a tiempo y el cura seguira bebiendose su vinillo sin darle a nadie...A ver si sale algún científico avispao y da con el gen de la imbecilidad que falta nos hace...Es que cuando se toca el tema de la curia me pongo hecho un gumersindo, a no que es un energúmeno.El humor que no falte.

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  2. Me ha hecho mucha gracia tu entrada, Utopazzo. ¡blasfemando en plena Iglesia! de casta ya le venía al galgo, o eso al menos dice la sabiduría popular. Quién no ha vivido anécdotas de estas que quedan en nuestra memoria grabadas a fuego.
    Pero lo que más me ha gustado es eso de " .. cuando salía de la iglesia me encontraba tan bien, que pronto empezaba a pecar de nuevo .." Muy bueno, Utopazzo XD XD XD

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  3. Es normal que con 7 u 8 años no entendieras aquello, tampoco lo entienden la mayoría de adultos que profesan esta religión y otras, pero da igual, lo que no se entiende se compensa con la fe, mucha fe...aprenden la retahíla monótona de las oraciones sin prestarles atención, y sin dotarlas de significado, y lo que no tiene significado de qué sirve? Al poder le sirve, y las religiones que utilizan la ignorancia, el miedo y sumisión como forma de poder permanecen a lo largo de los siglos.
    "...una palabra tuya bastará para la semana", muy bueno y económico Utopazzo. Yo decía al finalizar la oración en mi siniestra escuela de monjas: "...y líbranos del MAR", dando por hecho que el mar era algo inmenso y peligroso, el MAL, aún, no lo conocía.

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  4. sparadeleite, no te falta razón al decir sobre el "club" a que nos apuntaron de pequeños y que ahora, no queremos pertenecer; se me ocurre la frase de Groucho que decía: "No quiero pertenecer a un club que admita a gente como yo"...pero te diré qué estamos a tiempo de "borrarnos" aunque la verdad, quizá no lo hagamos por pereza o por miedo (todavía quedan muros que derribar) pero sea de la forma que sea, a mí realmente me da igual si la vida me pone trabas; los papeles donde está mi nombre, desaparecerán con ellos, y también nosotros para no volver más...yo al menos, no pienso volver. Gracias por tu "gumersindad".

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  5. Gracias gilgamesh por tu sentido del humor. En la España profunda que nos tocó vivir, muchas veces, entre inocentes que éramos y también nuestra picaresca natural, se conseguía un cóctel muy bueno para ir creciendo al tiempo que unas veces fingíamos para parecer más tontos de lo que éramos, o para ser más listos de lo que pensaban de nosotros. Ahora por ejemplo, tenemos libertad y yo me aplico el cuento y digo: ¿ Cuando nos van a decir la verdad, y se acaba este cuento...?

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  6. Ana, el mar, realmente es algo inmenso y peligroso...pero me da más miedo a mí el poder de las religiones, que el ancho y maravilloso mar. ¡Y qué es para ti el "mal"...? Sólo es un concepto moral inventado por el hombre; un doble concepto para algunos pues en el caso de la religión, se está utilizando para que el ser humano,no decida por sí mismo; para que no piense y deje todo en manos del Dios que todo lo oye y ve, y que te castiga...creen estar haciendo el bien (el otro concepto moral)pero sólo se lo hacen a ellos mismos (el otro concepto abstracto, y material al mismo tiempo): veinte siglos lo contemplan!
    También es muy divertido que pensaras en el mar y te entrase pánico; otra forma del infierno en la tierra: confundir palabras que te dan terror!...gracias por tu complicidad.

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